Origen precolombino del día de los muertos

Ya que hemos visto el origen de Todos Santos y de los fieles difuntos te preguntarás: ¿Y eso que tiene que ver con el día de muertos?, pues tienes toda la razón, nuestro día de los muertos, no se parece totalmente a la celebración de Todos Santos y de los fieles difuntos ya que le hace falta un ingrediente importante, el que se originó en nuestro país.

En el México antiguo antes de la llegada española, existía una visión del mundo muy unida a la muerte, ya que parte de los ritos de todo el año eran sobre la muerte, por ejemplo, después de la época de abundancia, se encontraba una temporada de sequía la cual se comparaba con la muerte. Por lo anterior eran necesarios sacrificios a los dioses para que llegara nuevamente la vida y la abundancia, es decir, un ciclo de vida y muerte.

 

Estas ideas se perpetuaron desde la época prehispánica hasta nuestros días ya que se vive el día de los muertos cada año sin interrupción, siendo un elemento de identidad para todos nosotros.

Regresando, a la visión de los antiguos mexicanos, gracias a los códices encontrados se puede conocer que se creían en varios cielos, que eran regidos por distintos dioses:


 

Tlalocan: era el cielo al que iban las almas de los que habían muerto por causas relacionadas con el agua. Ahí las almas vivían en un verano eterno, rodeado por mariposas y jugando a la pelota. El dios regente de este cielo era Tláloc, el dios de la lluvia.

Icha Tonatiuh Ilhuícatl: el cielo donde vivía el sol, donde iban las almas de los guerreros, de las mujeres muertas al dar a luz y de los comerciantes. Las almas podían recorrer el cielo junto al sol, junto al dios Huitzilopochtli.

Mictlán: el cielo o reino de los muertos más conocido, donde iban las almas de los aquellos que habían muerto por causas naturales y que debían de pasar dos sierras, una serpiente, una lagartija verde, ocho desiertos, ocho cerros, una zona de vientos helados para cruzar el río Chignahuapan con ayuda de un perro con el que se había enterrado al difunto. Los dioses de este cielo eran Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacíhuatl, ¿difíciles los nombres no?

Chichihualco: era un cielo donde existía un gran árbol llamado Chichiuahuitl, del cual brotaba leche para alimentar a las almas de los niños que habían muerto prematuramente.

 

Bueno ya hemos hablado acerca de las creencias prehispánicas del día de los muertos, y la parte que se ha mantenido hasta nuestros días es el hecho de que se le ofrecían alimentos, bebidas, flores y algunos otros elementos a las almas que regresaban a la tierra, tal y como se celebra el día de hoy, pero anteriormente también se le ofrecían a los dioses sacrificios humanos que fueron eliminados por la fe católica.

Con la llegada de la iglesia católica, los ritos prehispánicos de la muerte, con los ritos del día de Todos Santos y de los fieles difuntos se fusionaron, y el resultado fue nuestro actual día de los muertos.